El párroco de La Magdalena no será sancionado por el Obispado de León a pesar de las protestas del pueblo. La alcaldesa de Soto y Amío, Ana Arias, se unió a una concentración en la iglesia parroquial de La Magdalena para solicitar una reunión con el obispo y abordar lo sucedido en el funeral de un joven fallecido en un accidente de tráfico.
La versión del párroco, José Riesco, es que llegó a la iglesia con anticipación para preparar la misa funeral. Durante la homilía, varias personas intentaron hablar, pero Riesco les indicó que no era el momento adecuado. Al final del funeral, la novia del difunto pudo dirigirse a los asistentes sin impedimento por parte del párroco.
A pesar de las protestas de los vecinos, el obispo Luis Ángel de las Heras expresó su «plena confianza» en el trabajo de Riesco y no se tomarán medidas disciplinarias. Hasta el momento, no se ha solicitado una reunión con el obispo para abordar el asunto.
La situación provocó una concentración en la iglesia de La Magdalena para pedir la expulsión del párroco, al que la alcaldesa calificó de «cretino, antipático y desagradable». Según relatos, el párroco no permitió que la madre y la novia del fallecido hablaran durante el funeral.
Ana Arias intentó mediar con el párroco, pero él se negó y alegó que la homilía era su responsabilidad. La situación generó una recogida de firmas en Change.org y la alcaldesa pidió una reunión con el obispo para exponer la situación real.
En resumen, el párroco de La Magdalena no será sancionado y las protestas del pueblo no han tenido efecto hasta el momento. La alcaldesa busca una reunión con el obispo para abordar la situación.
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