Una Guardia Civil se enfrenta a un infierno en Burgos separada de sus hijos por 500 kilómetros
Marta, una valiente agente de la Guardia Civil, ha sido destinada a un pequeño pueblo en Burgos, a más de 500 kilómetros de distancia de sus hijos de 4 y 7 años, después de denunciar a su superior en la Comandancia de Pontevedra. Marta, quien fue condecorada con la Cruz de Plata por su labor en la detención de yihadistas, ahora se encuentra ante una investigación judicial militar y dos conflictos legales.
Todo comenzó en mayo de 2018, poco después de que Marta se uniera al Grupo de Información de Pontevedra. La tensión con su jefa, Ana, se intensificó cuando Marta quedó embarazada por segunda vez y solicitó una licencia médica. En ese momento, se enfrentó a amenazas de expedientes disciplinarios por supuesto abandono del servicio.
Durante su baja por embarazo, los desencuentros con su superior fueron constantes y esta la amenazó con sanciones disciplinarias. Estos conflictos dieron lugar a un traslado forzoso que la separó de su familia y de su especialización en terrorismo. Esta situación ha generado una gran angustia para Marta, ya que ve en peligro su futuro profesional.
En la actualidad, Marta está luchando en diversos frentes legales para revertir su calificación y cese, al mismo tiempo que es objeto de una investigación por parte de un tribunal militar debido a las denuncias presentadas por sus superiores. La Guardia Civil y las circunstancias personales de Marta han complicado significativamente su vida laboral y familiar.
Uno de los aspectos más difíciles del traslado forzoso ha sido la separación de sus hijos, quienes viven a más de 500 kilómetros de distancia. Marta se enfrenta a la dificultad de conciliar su vida laboral y familiar, teniendo visitas esporádicas a sus hijos debido a la distancia y a sus responsabilidades laborales en su nueva ubicación.
A pesar de todas las dificultades, Marta ha demostrado una notable resiliencia y determinación. Ella continúa luchando por la justicia, esperando que sus esfuerzos legales den frutos y pueda regresar a un destino más cercano a su familia, donde pueda continuar su carrera en condiciones justas y equitativas.
El apoyo de sus compañeros de la Guardia Civil ha sido fundamental para Marta, quienes reconocen su dedicación y profesionalismo. Esta solidaridad ha sido crucial para ella en momentos de adversidad y refuerza su esperanza de que se haga justicia en su caso.
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