Detenidos comparecen ante el juez por muerte a cuchilladas de Jhon Jairo Pérez
Jhon Jairo Pérez Chavarro, un colombiano de 52 años, llegó a Asturias en julio pasado dejando una hija recién nacida en su país. Trabajaba en una empresa de limpieza hasta mediados de marzo, cuando desapareció sin dejar rastro. Sin embargo, la Policía Nacional sospechó desde el principio que había más detrás de su desaparición. Tras arduas investigaciones y la ayuda de tecnología avanzada, encontraron su cadáver enterrado en una finca de Granda, en Siero.
El suceso ocurrió durante una fiesta familiar en la que Jhon Jairo fue asesinado a puñaladas debido a antiguos rencores con algunos de sus parientes. Hasta ahora, hay dos detenidos, uno de ellos considerado el autor material del crimen y el otro, su propio hermano, presuntamente colaborador en la ocultación del cadáver. No se descarta la posibilidad de más arrestos entre los familiares como encubridores.
Los detenidos estuvieron separados en diferentes comisarías para evitar la comunicación entre ellos. Hoy han sido presentados ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Siero. Uno de los arrestados asistió al registro de la vivienda donde ocurrió el suceso, acompañado por un abogado.
La Brigada de la Policía Científica, junto a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y al Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (Goit), realizaron una exhaustiva búsqueda en la vivienda y el terreno de la finca alquilada por los arrestados. Tras diversas catas, encontraron el cadáver de Jhon Jairo Pérez en avanzado estado de descomposición, identificado por un tatuaje en su brazo con el nombre de ‘Stephanía’. La autopsia reveló que recibió al menos diez cuchilladas en el tórax, cuello y zona lumbar, lo que le causó la muerte prácticamente de inmediato. Se cree que falleció hace aproximadamente un mes y medio, coincidiendo con la fatídica fiesta. Los vecinos de Granda están conmocionados por este violento episodio que ha perturbado la tranquilidad de la zona.
Los vecinos aseguran que los detenidos, aunque vivían de alquiler en la casa, eran personas normales y trabajadoras, y nunca sospecharon nada extraño. Sin embargo, notaron una gran actividad policial en los últimos días, lo que les pareció inusual para la zona.
La investigación, que duró varias semanas, contó con la participación de numerosos efectivos de la Brigada de Policía Judicial, con el apoyo de otras unidades, incluyendo el Goit, conocidos por utilizar tecnología y técnicas avanzadas, como la localización de los restos mortales de los niños Ruth y José en una finca en Córdoba.
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